Me levanto temprano, me pruebo
una y otra ropa, estoy feliz porque perdí 5 kilos este mes, me coloco una
mariposa en el cabello, no importa lo que digan porque hoy estoy feliz.
Octubre del 2005, son las 8 de la
mañana y estoy en un aula llena de extraños, algo tímida y sin saber que decir
para caerles bien a todos. Me siento adelante, escucho una conversación detrás,
son unos chicos hablando sobre música. Me pongo a escuchar todo.
Había un chico de camisa a cuadros,
con lentes, con pinta de nerd, llamado Jesús, enseguida noto que tiene buen aura,
y le digo: Tu tienes una banda no? , Cómo sabes? Ahh porque te he visto! , su cara de asombro lo era todo y yo muy
astuta engañándolo, pero no sé por qué extraña razón sentí que nos íbamos a
llevar muy bien.
Desde ese día éramos uña y mugre,
no había recreo en donde no salgamos juntos, éramos inseparables. Es extraño,
somos tan diferentes y tan iguales a la vez. Tú tan metido en tus libros y yo
tan metida en la moda y las dietas. Nuestros compañeros empiezan a notar que
estamos demasiado juntos y sospechan que tenemos un romance. Pero no! Es algo más!
Es una extraña amistad. Te llevo al pasadiso y te digo que por favor no nos
enamoremos , para así no estropear nuestra amistad. Nos abrazamos y sellamos el
acuerdo. Sin sospechar que meses más tarde, haríamos otro pacto más fuerte. El
de si estamos solteros hasta los 30 nos casaríamos los 2 . Tu ya cumpliste los 30,
yo aún tengo 25 , así que la mitad del pacto ya está hecho.
Me dijiste que te avise cuando
iría a matricularme, y no lo hice, me adelante y fui a matricularme con mi
viejo. Por ese pequeño gran error nos
pusieron en salones diferentes, creo que el cambio nos chocó mucho, al menos a mí
.Ya no tenía ganas de estudiar, volvió la bulimia y la ansiedad. Tomamos rumbos
diferentes, tuvimos nuestras etapas de distanciamiento, pero siempre volvíamos a
vernos. Dicen que las personas que están destinadas a estar juntas, así pasen
por mil problemas y mil cosas, siempre van a estar juntas. Ocho años después,
nos seguimos viendo y riéndonos como la primera vez. Solo que ahora más maduros,
sin perder nuestra alma de niños. Eres
la persona más importante en mi vida, nunca me emociono tanto al hablar de
alguien que cuando hablo de ti. Te admiro mucho, te quiero demasiado! Eres más
que un amigo, más que un novio, más que un compañero. Eres el hilo rojo de mi
destino. Y me alegra que nos hayamos encontrado.